HAYEDO DE TEJERA NEGRA.
Hace cinco mil años los bosques del norte de Europa llegaron a la Península, a la par que el clima se enfriaba. La población autóctona cedió el terreno a los nuevos visitantes. Visitantes temporales porque con la vuelta a la normalidad de las temperaturas, abandonaron los terrenos del Sur. De aquella época quedan algunos vestigios, entre otros, el Hayedo de Tejera Negra, en Guadalajara. Y se quedaron porque las condiciones medioambientales y geomórficas del lugar reunían unas condiciones muy particulares y jugosas para las hayas.
septiembre 30, 2009 a 11:29 am
Precioso lugar. Estás hecho un artista haciendo fotos, dan buena cuenta de cómo es el sitio, cosa que muchas veces no se consigue fácilmente.
Enhorabuena melón.